Por qué Marx tenía razón
- Gabriela Solis

- 18 dic 2019
- 2 Min. de lectura

#NoheleídoElCapital debe ser la confesión de muchos que andan dándoselas de eruditos por la vida. A mí no me importa admitirlo, pero sí me molestaba no poder sustentar algunas intuiciones políticas. Este libro de divulgación –Marx For Dummies podría llamarse, también– sonaba a que podría ayudarme con eso. Además, yo ya quería mucho a Terry Eagleton por sus libros de análisis literario, así que no dudé en comprarlo.
Aquí, Eagleton enlista las 10 críticas más comunes hechas al Marxismo y las refuta. Éstas van de los cuestionamientos sensatos (“¿Por qué la mayoría de los ensayos socialistas han terminado encumbrando líderes autoritarios?”) hasta las críticas que sólo alguien estúpido o completamente despegado de la realidad haría (“El marxismo ya no es vigente porque la noción de clase social es obsoleta”). El libro aclara aspectos muy interesantes, como la necesidad del socialismo de construirse sobre las conquistas del capitalismo para superar las perversiones de éste, o lo perjudicial que puede resultar el posmodernismo y su afán de organizarnos por categorías más pequeñas (género, etnicidad) que atomizan la categoría que podría unirnos más amplia y sólidamente: la clase social.
Mi parte favorita fue entender que el Marxismo no lo reduce todo a la economía, sino que ésta es sólo el punto de partida, la herramienta que puede generar un mundo más justo y, por ello, más feliz. Dice Eagleton:
“El tema central de la obra de Marx es el disfrute humano. La vida buena no es una dominada por el trabajo, sino por el tiempo libre. La realización personal en libertad es una forma de producción, sí, pero no una producción coactiva. Y el ocio es necesario para que hombres y mujeres dediquen tiempo a la gestión de sus propios asuntos. Son muchas las energías que hay que emplear en alcanzar esa meta. El ocio es algo por lo que tenemos que trabajar”.



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